La hora sexta - booktrailer

Disclaimer: las imágenes contenidas en este blog han sido en su mayoría trabajadas digitalmente por mí a partir de fotos recogidas en la web. Las hago con fines ilustrativos y artísticos y SIN ningún ánimo de lucro. Si algún elemento que haya utilizado para ellas es de tu propiedad y deseas que lo quite, simplemente contáctame.

15 enero 2011

Cap. 1 Hogar agridulce hogar (Parte 4)

Enlace a Cap. 1 Hogar agridulce hogar (Parte 3)


En la cafetería de los Crousier, Mía continuaba recibiendo palabras de condolencia de personas que no conocía y que tampoco tenía la intención de conocer. ¿Quiénes eran? ¿Qué estaba haciendo ella allí? ¿Qué podía decirles a esas personas? Todo carecía de sentido. Y como si fuera poco, su aspecto no solo delataba su carácter foráneo, sino que además, ante los pueblerinos, la hacía sentirse una adoradora del Diablo. Su cabello oscuro, las uñas negras, la ropa de luto y su fotofobia patente en su palidez llamaban inevitablemente la atención.
—Oye, Mía, ¿conoces a Debbie? —le dijo Lorna, trayendo consigo a la joven Deborah Ruskin, que la saludó nuevamente con una tímida sonrisa (ya lo había hecho durante el funeral, pero no la había registrado).
—Hola, Deborah. Gracias por venir.
—Debbie tiene un gran talento con las flores. Deberías ver su jardín —continuó Lorna.  
—¡Qué bien! Yo no tengo suerte en la jardinería, cada planta que he tenido no ha sobrevivido más de tres meses.
—¿No te gustan las flores? —preguntó Debbie.
—Claro que sí. Algunas veces, mi padre me llevaba esas rosas negras que crecen por aquí. Me fascinan.

—Se llaman Black baccaras, pero no son negras en realidad, sino de un rojo muy oscuro que da esa impresión.
—Ah...
—¡Debbie tiene muchas de esas en su jardín! —agregó Lorna.
—Quizás puedas enseñarme a plantar algunas —continuó Mía, solo para distraer su mente, y la joven asintió con la cabeza.
Durante la siguiente hora, Lorna se encargó de comentarle a Mía la vida y obra de la mayoría de los presentes, como si leyera expedientes escolares, historiales médicos y antecedentes policiales, excepto de las dos personas que habían llamado su atención: Milo Boucher y Caín Stärker, y no iba a preguntar acerca de dos hombres en medio del funeral de su padre como si fuera una solterona desesperada.
De Debbie, como la llamaban todos, Lorna enfatizó su timidez patológica, culpando a sus temerosos padres por criarla como dos campesinos del siglo XV. Al detective Seth Bauwens le dedicó apenas unos minutos, resaltando su personalidad cordial pero reservada, cosa que Mía ya había percibido desde el primer momento. Después fue el turno de Julia Martin, la madre soltera con inclinación hacia el detective; le siguió J.J. Lavazzo, el hipocondríaco del pueblo, que hacía menos de un año había comprado una casa junto a la del doctor Renau para no hacerlo caminar tanto todos los días. Finalmente se quedó hablando de Eric Rourke, el hijo del alguacil, con quien tenía un amorío algo complicado. El parloteo de Lorna comenzaba a agotarla.
“Activar acción evasiva”, oyó Mía en su cabeza, aunque era una buena distracción. Tenía la sensación de que todos allí la miraban de manera extraña (el delirio persecutorio era lo primero en su perfil psicológico). Comenzó a sentir el peso de todas las miradas hasta que de pronto, imágenes veloces de rostros diabólicos se cruzaron en su vista; sus demonios internos, acechándola una vez más. Supo que estaba al borde de un ataque de pánico y su perturbación fue tal que algunos lo notaron. Seth era el más perceptivo y el que mejor manejaba situaciones de ese tipo, no por nada se había ganado su puesto de centinela. La persuadió para salir del lugar unos minutos y respirar un poco de aire.
—No se preocupe —le dijo y la guió bajo la sombra de un árbol—. En unas horas, todo esto acabará.
—¿Tanto se nota?
—Tal vez pueda ayudarla.
—¿Cómo?
—Cierre sus ojos...
—Respire hondo y cuente hasta diez —interrumpió ella—. ¿Qué es eso? ¿Alguna técnica de yoga o meditación que utilizan por aquí?
Seth arqueó las cejas y la miró con una expresión reacia que trató de disimular.
—Lo siento, no tengo un buen día —se disculpó ella—. De todas formas, ¿qué clase de detective es usted?
—El mejor de todos —interrumpió la poderosa voz de Caín—. Puede confiar ciegamente en el detective Bauwens, hace muy bien su trabajo —añadió y le dio unas palmadas en el hombro a Seth, un gesto demasiado familiar que este agradeció solo por formalidad—. Lamento tener que retirarme tan pronto, pero debo regresar a Ravensburg, no sin antes dejarle mi tarjeta.
Mía la tomó sin vacilar y se preguntó por qué Caín estaba siendo tan amable realmente.
—Muchas gracias, señor Stärker. No sé cómo agradecerle todo lo que ha hecho por mi padre y por mí.
—Ya le dije que se lo debía —respondió—, y recuerde que estoy a su disposición —agregó con una sonrisa y se fue hacia su coche.
Mía no lo había notado antes, pero de todos los automóviles aparcados, relucía entre carrocerías oxidadas y vidrios polvorientos un flamante Audi S8 negro modelo 2009, una joya del diseño automotriz. Definitivamente, el dinero no era un problema para Caín Stärker. Ella no era aficionada a los automóviles, pero desde que había visto la película Ronin, los Audi se habían vuelto un objeto de fascinación. Después miró la tarjeta. Era austera y elegante, como su dueño. Tenía su nombre, su teléfono móvil y una dirección de correo electrónico, nada más.
—El señor Stärker es muy amable, se ha hecho cargo de todo —le comentó a Seth.
—Sí, es muy... atento —murmuró él sin deseos de emitir más comentarios.
—La mayoría de las personas aquí me miran raro. Tengo la sensación de que mi presencia les incomoda.
—Es un pueblo pequeño y aislado, y no suelen recibir gente nueva.
—Lo dice como si usted no formara parte de él.
—Oficialmente, yo vivo en Ravensburg, pero Lichtport pertenece a la misma jurisdicción. Tengo buenos amigos aquí y me gusta venir a menudo —explicó el detective—. No malinterprete a estas personas, Mía. Pueden resultarles algo pueblerinos, pero son buena gente.
—¿Y qué hay de Ravensburg? Apenas recuerdo la ciudad. Mis padres solían llevarme allí de paseo cuando era pequeña: cine, restaurantes, juegos de video... No era muy grande, pero si activa.
—Pues allí todo es más urbano, como usted acostumbra.
—No crea que no me agrada el pueblo, detective. Aún no he tenido tiempo de disfrutarlo.
—¿Planea quedarse mucho tiempo?
—No estoy segura. Algo me dice que tengo unas cuantas cosas que hacer por aquí, en cuanto deje de ver todo negro a mí alrededor, claro.
De pronto, un cuervo se posó sobre una de las ramas del árbol bajo el cual Mía descansaba.
—Hola —le dijo ella co una sonrisa relajada, pero el ave ni se movió.
Seth también lo observó y luego la miró a Mia.
—¡Qué tonta! Como si fuese a responderme —dijo ella y se encogió de hombros.
—Algunos lo hacen.
—Sí, con chillidos. —El ave hizo un sonido agudo y remontó vuelo, alejándose—. Se lo dije.
—De hecho, los cuervos graznan, no chillan.
“Gracias por la lección de lenguaje”, pensó ella, pero no lo dijo. En su lugar, se limitó a un ligero “Ah”.
—Trate de relajarse, Mía, y tómese su tiempo necesario aquí. —Seth colocó su mano en el hombro de Mía de un modo que procuró ser tranquilizador y se tomó unos segundos para tratar de adentrarse en ella, mas las emociones encontradas y los pensamientos alborotados le brindaban un panorama demasiado confuso. Supuso que la situación no era la mejor para intentar leerla, por lo que no insistió.
—Lo intentaré —dijo ella, sintiendo algo incómoda.
—Debo retirarme ya. Espero que termine bien el día, en la medida de lo posible.

—Gracias por su presencia, detective, y por su honestidad. —Forzó una sonrisa y regresó a la cafetería, donde le pidió a Nancy algo de beber mientras rogaba por que todo aquello acabase pronto.


Continúa en Cap. 1 (Parte 5)

10 comentarios:

  1. Me encanta la novela, quiero saber más de Mia!

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  2. La hora sexta.
    Creo que una obra bastante original, que deja a uno atrapado en la historia para querer saber más. Tiene ese factor sobrenatural que vuelve todo mas sombrío.
    La verdad que es un excelente trabajo. Se puede ver el trabajo que dedicaste para escribirla. Me gustaria saber como continua.
    Exitos

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  3. Gracias por los comentarios, me animan mucho.

    Saludos,

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  4. Me gustó el cambio de fondo, se ve súper.
    La historia sigue muy bien e interesante.

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  5. Gracias, Amparo! Un gustazo verte por Lichtport.
    Cariños,

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  6. wow! me gustó mucho!! Ahora sé un poco más de todos los personajes! Aunque si te soy sincera solo recuerdo un par XD los importantes!!! jajaja

    le sigo, nunca he leído tan rapido xD esto me emociona >.<

    Besos!! ;)

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  7. Gracias, Savy! Al principio puede resultar un poco lenta y aburrida, jaja. Sí, hay muchos personajes, pero los principales los recordarás mejor a medida que avance la historia.
    Gracias por tus comentarios!!!

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  8. ajjajjajaajajjajajajajj me encanta mia... lenguaje onomatopeyico...ajajaja
    jajajaja el cuervo ese ...genial... ¡¡

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  9. otro mas y voy por el que sigueeeee, cierto algunos nombres se me van pero yo se que poco a poco conocere mas :p

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  10. Pobre Mía, sola en un pueblo tan extraño y con la reciente muerte de su padre...

    Voy a leer el próximo a ver que pasará ahora...

    Saluditos!!!


    Por cierto Kramer, quisiera invitarte a mi nuego blog Mors In Amore, te dejo el link y espero que puedas pasarte por mi nuevo hogar ^^


    http://morsinamore.blogspot.mx/

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