Esta es una entrada programada, así que para cuando la lean, seguramente yo ya esté viajando.
Sí, así de repentino surgió todo, pues resulta que los Grigori
(véase sección Personajes) me asignaron un pequeño trabajo -que más que “pequeñó” yo diría “suicida”- y muy a mi pesar debo viajar a Londres. Pero no festejen porque no se librarán de mí; seguiré actualizando este blog mientras pueda y me llevaré conmigo mi
adicción al Photoshop, al tabaco y demás (puedo pasarme la Aduana fácilmente, descuiden) para continuar también con las portadas, cabeceras y lo que sea que me pidan, aunque tendrán que tenerme el doble de paciencia.
London calling, see we ain't got no high
Except for that one with the yellowy eyes...
Si quieren seguir mis aventuras y desventuras en esa horrible y asquerosa ciudad británica, donde suena el mejor rock del mundo pero el clima es una verdadera cagada y la gente es más fea que pisar mierda descalzo, pueden hacerlo en esta nueva bitácora:
¿Ya dije que odio Inglaterra? No. Bueno, ya se habrán dado cuenta.
En dicho blog encontrarán más detalles de mi repentina huída y una suerte de diario personal donde los mantendré al tanto de todo lo que suceda, si es que les interesa saberlo. Yo creo que no se arrepentirán. Tengo el presentimiento de que las cosas se van a poner muy feas (o muy divertidas, no estoy seguro), y yo no me ando con pelos en los dedos (si es que vale la metáfora) a la hora de escribir, así que
no será apto para menores, más bien ideal para lectores morbosos y voyeuristas. ¿Se lo van a perder?
(Es muy cliché, lo sé, pero no podía faltar.)
En fin, espero contar con sus visitas.
Auf Wiedersehen!
Buen fin de semana y deséenme suerte (la voy a necesitar).