Hoy desperté algo nostálgico, quizás por la primera lluvia de noviembre, y me puse a revisar unos viejos archivos (del 2002 para ser exacto), hasta que me topé con algo que no recordaba que había escrito. Se trata de una reflexión sobre mis jóvenes e idealistas pretensiones narrativas, porque, aunque no lo parezca, yo escribo desde hace muchos años (pero suelo compartir y publicar muy poco).
El punto es que me pareció una buena
Lo pego tal cual lo escribí hace más de una década:
Al escribir, intento escapar de todos esos
elementos narrativos trillados (y de culebrón) como:
-El héroe apoteósico
-El efecto “cenicienta” (plebeya se casa con príncipe)
-El embarazo fingido
-El asesinato frustrado
-El romance (aparentemente) imposible
-El casamiento interrumpido
-La amnesia (parcial o total)
-La aparición del padre/madre y/o hijo/a
perdido
-Los amantes que descubren que son
parientes
-El malo que se arrepiente y se hace
“bueno”
-La que se hace la loca
-El afamado y tan hollywoodense Happy ending
(final feliz)
A diferencia de todos esos elementos
clásicos, yo intento manejarme con:
-El antihéroe
-El efecto “sirenita” (suicidio por
desamor)
-El embarazo NO deseado
-El asesinato maquiavélicamente planeado
-El romance posible (pero que fracasa)
-El divorcio mediado
-El DESEO de amnesia
-El escape del hijo/a por la APARICIÓN del padre o
madre (o viceversa)
-Los parientes que “descubren” que son
amantes
-El malo que se divierte haciéndose “el
bueno”
-La que se vuelve loca
-El tan libre de interpretaciones Open ended
(final abierto)
Creo que hoy en día debería actualizar estas listas y añadir un par de elementos nuevos de los cuales también intento huir, pero será para otro día.
Se me ocurre que esto podría convertirse en MEME, si es que ustedes se animan a escribir sus propias listas. Creo que es una manera entretenida de dar una breve idea de qué clase de historias escribimos y con qué se encontrará la gente al leer algo nuestro.
En fin, me despido por hoy.
Buen fin de semana.
Saludos!
Creo que hoy en día debería actualizar estas listas y añadir un par de elementos nuevos de los cuales también intento huir, pero será para otro día.
Se me ocurre que esto podría convertirse en MEME, si es que ustedes se animan a escribir sus propias listas. Creo que es una manera entretenida de dar una breve idea de qué clase de historias escribimos y con qué se encontrará la gente al leer algo nuestro.
En fin, me despido por hoy.
Buen fin de semana.
Saludos!
muy bueno kramer.... el efecto sirenitaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminaraajjaajajjajaajajajajaajajajajajajajajajajaajjajajaj
Me encanto :3
Gracias, Nei. No sé si cabe aclarar que en la historia original de "La Sirenita", ella termina suicidándose jajaja.
ResponderEliminarSaludos!
Si, lo se... aunque es bueno mencionarlo. Solo que es gracioso. Porque siempre me acuerdo de disney y efecto sirenita ajajajajajajjajajajja lo más :3
ResponderEliminarjajajaja sí, por eso lo mencioné, porque quizás algunas personas no lo saben (Disney miente!!!)
ResponderEliminaraunque el DESEO de amenecia tambien esta ajajajaajajja
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tus listas y también intento evitar los ingredientes de "culebrón" y hacer algo original y no tan manido, no caer en los tópicos, aunque sé que, en ocasiones, lo hago, unas veces conscientemente y otras sin darme cuenta.
ResponderEliminarMi primera y básica premisa a la hora de escribir es tratar de sorprender, intento llevar a los lectores por un camino para, cuando creen que saben por dónde los quiero llevar, descolocarlos del todo. No sé si lo consigo pero eso y huir siempre de los finales felices y de lo vulgar, en el sentido de habitual, normal... es lo que pretendo cuando escribo, buscar la originalidad en la locura, en lo absurdo y escapar como de la peste de convencionalismos...
Es interesante plantear el evitar ciertos temas por trillados.
ResponderEliminarPero lo interesante o repetitivo no está tanto en los temas, sino como se tratan.
Lo del romance aparentemente imposible es el desencadenante de la saga de Undeworld, que incluye algo del efecto cenicienta, porque hay diferencias sociales. Hay un romance entre una noble vampiro y un plebeyo licantropo. Con consecuencias inesperadas. El tema de la amnesia plantea la posibilidad de que el protagonista sea el malo, sin saberlo y sin desearlo. Y ha sido usado por Philip Dick en Podemos recordarlo por usted.
Los malos que se vuelven buenos pueden ser interesantes como Magneto, el villano de los X-Men. Porque tiene el noble proposito de defender a los mutantes, aunque con metodos muy cuestionable.
Y el final feliz funciona cuando no es necesariamente permanente, que el peligro acecha.
Sí, claro que en muchos casos es según cómo se utilizan estos elementos. Por eso aclaré que esto que publiqué es viejo y que debería -más que añadir- modificar y/o desarrollar más ciertas cosas. En cuanto a la amnesia, por ejemplo, me gusta en casos como en un candidato manchuriano o en desórdenes de personalidad disociada. El romance imposible es como el elemento más clásico de todos, pero hay que plantearlo de una manera original para no aburrir. Magneto no creo que sea un "malo" que se vuelve "bueno" (más allá de que siempre fue el gran villano de XMEN), creo que solamente tiene una manera diferente (y cuestionable como bien dijiste) de enfrentar las cosas. Más bien creo que es un personaje ambiguo en ese sentido (un poco como Caín en LHS), porque persiguen los mismo pero de modos distintos. Esto no viene a cuento, pero en mi opinión lo que es muy evidente en Magneto es su contradiccón, porque opera de la misma manera intolerante y paranoica que los nazis que él siempre odió.
ResponderEliminarGracias por comentar!
Me gusta el punto de Tere, a mi me gusta escribir terror así que da para muchas ideas perturbadoras aunque no se mucho como enfocarme en las tramas hago el intento con las ideas que me surgen. Buen punto también el de Demiurgo.
ResponderEliminarBesos
También es cierto, como dice mi amigo Demiurgo, que todo está dicho ya y de lo que se trata es de cómo lo dices...
ResponderEliminar"No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuántas cosas viejas hay que no conocemos", no sé si pega aquí pero el tema me ha recordado esta frase de Ambrose Bierce?? y la he puesto :))
Besos!!
Muy bueno, Kramer, es interesante tener las ideas claras (o más o menos claras) sobre cómo serán las características principales de un posible argumento antes de comenzar con la respectiva redacción.
ResponderEliminarEn mi caso (y desde mi propia inexperiencia como escritor aficionado -solo llevo dos años de recomenzar esta hermosa aventura de escribir-), intento en cada cuento generar un conflicto entre los protagonistas (conflicto de raíces dramáticas, cómicas, terroríficas...), y que la solución al mismo (o su no solución) llegue por carriles no tradicionales.
Es decir, no me sirve resolver una situación llena de suspenso y miedo con el final "Despertó y se dio cuenta de que todo había sido una pesadilla"; no, no me gusta, demasiado fácil y repetido. O una situación llena de acción y violencia en la cual el protagonista, a punto de morir asesinado por sus enemigos más acérrimos, se salva de ese hecho porque es rescatado ¡por un plato volador lleno de extraterrestres bonachones!); tampoco me sirve, demasiado irreal.
En fin, lo intento, pero no siempre lo logro.
¡Saludos!
Gracias por tu comentario, Juan. Me estallé con eso de "rescatado ¡por un plato volador lleno de extraterrestres bonachones" jajajaja.
ResponderEliminarYo he utilizado eso de despertar y darse cuenta de que todo fue una pesadilla, pero me gusta dar a entender de alguna forma que la cosa no termina ahí nomás, sino que, por ejemplo, la dichosa pesadilla funcionó a modo de premonición. No sé si me explico, pero como me gustan los "finales abiertos", intento dejarlo a la libre interpretación de cada lector. Repito: lo intento, no sé si realmente me sale.
Saludos!
Muy interesante. Creo que has dado en el clavo de una formula magica :)
ResponderEliminarMuy cierto.